miércoles, 9 de diciembre de 2020

F é m i n i n


En mis pocos logros como investigadora, ahondé en cómo promover la paridad de género en un salón de clases con la finalidad de establecer una identidad social, ya que me encontraba enseñando a adolescentes mujeres. Para ello, realicé algunas encuestas en mi contexto sobre la feminidad. Empecé con la pregunta ¿qué significa ser femenina en la actualidad? A lo que varias me respondieron: ser justa, estar empoderada, ser una misma, no quedarse callada, ser críticas y en definitiva, muchas ideas puntuales que concluyen en obtener un pensamiento fuerte y moldear una homogeneidad.

A partir de aquellas respuestas, logré determinar adicionalmente el entorno, el contexto, la subjetividad y es que en resumen, las adolescentes de ahora se educan más por el día a día, por la sistematización de experiencias que por las costumbres, vestigios y/o marcas que pudiesen heredar generacionalmente sus familias. Porque son otros tiempos. Pueden levantar su voz y argumentar lo que les parece que está bien o mal, además de mostrar una completa y coordinada unión entre ellas por el solo hecho de tener algo en común: ser mujer en circunstancias que aun se inclinan a la desigualdad de género, ampliamente hablando. 

Muchos antónimos pueden verse reflejados en lo femenino: fragilidad, complejidad, sensualidad, sumisión, el centro del mundo, materialismo, inseguridad, etcétera. En realidad eso podemos ser también, pero el que la naturalidad de lo femenino implique vulnerabilidades o egos, no hace parte de una reflexión o percepción en contra de una evolución frente a la postura que hemos venido desenvolviendo en el último siglo dentro de una sociedad. Siempre me he dicho que a pesar de todo, es un privilegio ser mujer en la actualidad, poder escribir esto sin tener a un estado, o una religión encima privándome de mis derechos. 

Femenina, para mí, parte entonces de construir una propia identidad, una equivalencia, más allá de lo que está permitido o no, no hay necesidad de ajustarlo a los estándares ya establecidos, es complementarse a sí misma, no complementar al contexto. 

Preguntas reflexivas: ¿lo estoy haciendo por mi o por lxs demás? ¿Quiero complacerme a mi o a lxs demás? 

sábado, 30 de mayo de 2020

Circunstancia.

El logro más contundente al comenzar un nuevo ciclo de año, pude superarlo con esos clichudos deseos que se piden a media noche, con sus presagios y augurios al comerse doce uvas una por una... otros, solo vacilan embutiéndoselas a la vez. 

Y empiezo a sentirme más segura de mis actos sin estar preocupada por ese futuro, que nos lo pintan tan libertario por tener infinidades de opciones alrededor, pero no es más que una pérdida de independencia en la que pocos caemos en la cuenta. La racionalidad instrumental nos tiene cegados con emociones afectivas que alteran nuestra percepción de la vida, creando incertidumbres y el sentirnos atormentados frente a lo desconocido hace cuestionarnos con respecto  a dónde estamos llevando nuestro destino. 

No hay logros a los qué llegar, no hay triunfos que promuevan adrenalina para alcanzar las ambiciones expuestas en esta sociedad.

Todo empieza a sucumbir cuando te señalan con su gigante dedo índice. Manufacturan tus acciones como la más costosa prenda que vieron en aquella vitrina, pero no pueden comprar... refutando por algo que no han podido ni siquiera probarse. 

¿Por qué debería preocuparme lo que manifiestan sobre mí? 
¿Por qué siempre se debe ser la supuesta persona correcta? Si se puede tener un poco de maldad inocente sin causarle censuras peregrinas a los conservadores...