Las primeras circunspecciones, a través de las miradas, que se unieron por
primera vez, en medio de un puente con
aireo a New york, separando Brooklyn de
Manhattan, buscándonos por primera vez.
El viento corpulento de la noche no nos afectaba mientras nuestras palabras se
amoldaban.
Íbamos en dirección correcta, con un básico propósito: Ostentación
del Baile.
Recorrimos la ciudad, sentados, en medio de un lugar sosegado, saciando
la sed con un 37% de elevación, entre tanto, me dejaba llevar por su
acento tan francés.
En medio de sonrisas y hazañas con filósofos, fuimos
extraviándonos entre calles para nada solitarias, hasta converger en la pista
de baile.
La religión es mi baile.
La exorbitante denotación en sonidos junto a él. Ese fue el primer recuerdo que guardé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario