lunes, 23 de junio de 2014

Dawning's Confession

¿Buscas un refugio?


Lo conservas bajo las ramas de los árboles.
En días que terminan como esta noche, se pueden recordar intactos episodios que se han disfrutado en la ansiosa juventud.

No hace frío afuera porque el vendaval es quien me abriga.
El cigarrillo,
El encendedor,
El cruce de mis piernas,
El agobio de haber caminado en zig zag,
La luz delantera de los autos que reflectan directamente hacia mis ojos, el sonido de ellos alrededor,
Los aros de las bicicletas al andar,
Parejas que pasan atadas de las manos, el sonido de sus pies,
El cuadro amarillo que hoy me regaló Sebastián sobre la banca,
Espero con ansiedad el primer sonido de los pájaros.
La paz individual en un alma espiritual,
El escalofrío amable de la noche.

Se me despojan las ganas de seguir escribiendo, de hastiarme de todo lo que se encuentra cerca.
Dos antes del meridiano, y la baja temperatura hace que mis hombros empiecen a contrariarse.

No dejo ningún indicio de ese polvo blanco que tanto guardé.
Me despierta, y al fondo, una discusión.
Pasa aquella chica con gafas, tan humana, sonriente y con deseos de conquistarme.
Me invaden humanos, los ignoro a la semejanza como me enseñó un búho nival.
No les hablo verbalmente y manifiestan satisfacción creyendo que hago un performance,
Sonrío por dentro.

La brisa me hace desistir de esperar sentada.
Decido volar.
Se siente emocionante ir sin dirección fija.
Me alejo como  las longitudes de onda, distancia electromagnética o similar donde se encuentra una mayor frecuencia, me regocijo con la arquitectura tan de alcázar sobre una iglesia.
¿Realmente es lo poco barroco/renacentista referente en esta ciudad?
Ladeada de cadenas, como castillos reales donde aguardaba un imperio. 
Precioso detalle....................




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